Se trata de una arqueta de bombeo rectangular de dimensiones aproximadas 12x10x10 m, ejecutado con muros pantalla de 80 cm de anchura, los cuales, al vaciar las tierras, han perdido parte del recubrimiento de protección de las armaduras. La preocupación reside en que, como está destinado a contener aguas residuales procedentes de uso residencial, existe un alto riesgo de daño a las armaduras por exposición a una humedad ambiental permanente y por un ataque directo por el acidez del agua.
El hormigón que se usó en la ejecución de los muros es hormigón sulforresistente, por lo que, en nuestro trabajo de restauración hay que contemplar que lo que vayamos a usar tenga al menos las mismas propiedades, así, se propone lo siguiente:
– Picado del hormigón alrededor de las armaduras vistas hasta que el acero se pueda “agarrar”. Esto favorecerá el recubrimiento completo del acero expuesto, aportando una unión química y mecánica a la vez del mortero de recubrimiento.
– Pasivación y protección del acero mediante aplicación de revestimiento de protección a base de epoxi cemento con carga ligera de áridos.
– Reconstrucción del volumen mediante mortero de reparación de altas resistencias reforzado con fibras sulforresistente, clase R4
A modo de inciso, aclarar que con pasivación del acero, nos referimos a la formación de una película inerte sobre la superficie del acero, que lo enmascara en contra de la acción de agentes externos. La capa o película pasivante no permite que éstos puedan interactuar, de tal manera que la reacción química o electroquímica, se ve reducida o completamente impedida (nota extraída de la Wikipedia)
El acero ya ha quedado expuesto antes del tratamiento, por lo que se ha iniciado el proceso de oxidación, así que, no sería válido con limpiarlo y taparlo. Tenemos que detener el proceso y protegerlo. Es por lo que aplicamos la capa de pasivación.
Este tratamiento deja el hormigón como estaba antes de perder la sección. Añadido a esto, y debido a la irregularidad que presentan las caras interiores después de la excavación, se propone la regularización y mejora de las resistencias químicas de la cara interior mediante aplicación de un revestimiento epoxi de altas resistencias químicas en todo el interior del vaso. Para ello, es necesario previamente regularizar la superficie de aplicación, proponiendo lo siguiente:
– Limpieza de todo el vaso mediante chorro de agua para la eliminación de impurezas y restos de tierra pegada.
– Aplicación de mortero de regularización en un espesor medio de 3 cm mediante mortero de reparación de altas resistencias y sulforresistente, clase R4 (sí, el mismo que usamos para recuperar el volumen perdido en el hormigón)
– Aplicación de dos capas de revestimiento epoxi de altas resistencias químicas.
Esto es lo mejorcito que podemos hacer, y consecuentemente, lo más caro. Se nos pide la posibilidad de afinar la solución, así que, se plantea la posibilidad de rebajar las propiedades del mortero de regularización en las capas altas de la arqueta, donde el agua no va a estar en contacto directo con los paramentos verticales, es decir, de la cota superior del tubo de salida al techo.